"Esta empresa (ANCAP) no es propiedad de ustedes, es del pueblo uruguayo, nunca pierdan esa perspectiva; todos ustedes son suplantables”
"Ustedes no están para servirse, están para servir, y en ese servicio realizarse como hombres, como mujeres"
“Nuestra vida no termina en el salario que cobramos a fin de mes. Ni el objetivo de vivir es vivir para cobrar un salario. La vida es un objetivo hermoso si somos capaces de encontrarle un contenido y una causa. Y por humilde que parezca esa causa la vida tiene que tener un contenido. Porque los hombres sin contenido no tienen valores
Y la vida es hermosa cuando tiene valores".
Somos tres millones y pico de habitantes, apenas un barrio de San Pablo. Un rico país, el más envejecido de América Latina, porque hace mucho tiempo, la cobardía atenazó nuestras entrañas.
Porque queremos tener microondas, nos privamos de tener hijos
La pirámide social de este país es condenatoria: menos jóvenes para aportar y más viejos para sostener. Y como no vamos a ir para atrás, no hay otro camino que aumentar la productividad, en forma de flecha de las nuevas generaciones.
Estamos en un estadio tal vez el mas difícil dela sociedad. Ya no somos un pueblo primitivo, nos hemos modernizado. No tenemos otro camino que la educación y la formación de nuestros hijos para que puedan tener un grado de productividad infinitamente superior a nosotros.
Estamos a punto de incorporarnos a una franja del mundo sin haber tenido 200 años de acumulación como lo tuvieron otros. Estamos despertando al desarrollo muy tarde. Por eso somos la sociedad que hasta hace muy poco se daba el lujo de invertir lo mínimo (la inversión más baja de América Latina) y ahora despertamos.
Nos damos cuenta que cada vez tenemos que invertir más, pero no tenemos ni la costumbre, ni la capacidad de ahorro ni el sentido empresarial, porque esto no se improvisa.
Por eso ancapianos, este desafío, de ser o no ser. Estamos en la puerta para acceder a ser un país del primer mundo, pero nadie nos va a regalar eso. Hemos perdido demasiado tiempo histórico y el mundo está cambiando aceleradamente.
Tenemos que darnos cuenta que no podemos seguir con un estado paquidérmico, sin compromiso, inventando festividades para no laburar.
No podemos seguir con un país que no asume que el progreso es hijo del trabajo humano. Y que vivir la vida significa comprometerse con el trabajo. Y que pasar 6 horas, 7 horas mirando el reloj para mirar cuando me voy. Porque no lo hago por lo que me paguen sino por lo que vamos a dejar a la sociedad que va a venir.
La prosperidad de los que vengan, dependerá de la capacidad que tengamos como pueblo de mirarnos en el espejo. Porque el mundo moderno no le da lugar a los pueblos analfabetos o semi analfabetos.
Espero contar con el alma, los brazos y la cabeza de sus trabajadores, si no, no hay porvenir
No hay comentarios:
Publicar un comentario