Nos quejamos del mal funcionamiento del Estado y de la actitud de los empleados públicos, ¿pero qué hacemos en nuestras empresas para cambiar la actitud de nuestros empleados?
El Dr. Daniele Ferrere en su excelente columna de los sábados en El Observador, dice que no es tan difícil hacer la reforma del Estado si se hace lo que todos sabemos que hay que hacer.
"Todos sabemos que no se puede gerenciar ninguna organización sin calificaciones, estímulos a los que trabajan bien y castigos a los que lo hacen mal. Si todo da más o menos lo mismo, ¿por qué esforzarse?
Y corregirlo tampoco da gran trabajo. Basta con empezar a calificar sistemáticamente, como hace cualquier organización privada, para que la diferencia entre los buenos y malos trabajadores quede de manifiesto. Nada se puede hacer de golpe. Todo requiere un proceso. Pero si nunca se empieza, nunca se termina."
¿Pero acaso en las empresas privadas no sucede lo mismo? ¿Cuántas tienen un sistema de evaluación del desempeño que funcione y sea justo? ¿Y en las empresas familiares? ¿Cuántos "hijos de" ocupan cargos de responsabilidad sin estar preparados para hacerlo?
Agrega Ferrere:
"Lo que queremos decir con todo esto es que todos sabemos lo que hay que hacer. Todos sabemos lo que está mal y lo que habría que hacer para cambiar. Lo que pasa es que no nos animamos a hacerlo porque le tememos a las consecuencias."
El dueño de la empresa, con todo el "poder" que se supone tiene, no le dice al funcionario inútil que lo es, por que teme a las consecuencias: que se vaya, que tenga que buscar otro o que lo acusen de "duro". Conclusión: el inútil permanece. Y lo hace - todavía - con cara larga y haciendo pucheros.
Concluye Ferrere:
"Lo importante es empezar a hacer cosas simples y evidentes, para demostrar que nos atrevemos a cambiar."
Hágalo Usted también: establezca metas desafiantes, capacite, evalué el desempeño, diferencie a los que hacen de los que no hacen y no tolere a los medicocres. El empresario no sólo está para crear valor, está también para trasmitir valores.
Dr. Guillermo Sicardi, MBA
www.resultoria.com
1 comentario:
En la Empresa como en el Estado, la adecuación a los tiempos que se viven precisan políticas claras sobre la formación y capacitación humanas. El conocimiento sobre las competencias que requieren determinadas funciones necesitan de la intervención de equipos interdisciplinarios que reconozcan, evalúen y modifiquen comportamientos humanos, que no tengan que ver con las competencias, pero que puede incidir ocasionalmente en sus desepeños. En el Estado los ámbitos de RRHH siguen comportándose como un Gerenciamiento de Personal donde la unidad es el legajo personal y no el ser humano.La reforma del estado tan trillada y poco accionada es un bleff, ningún dirigente está verdaderamente comprometido con la sociedad. En general todos abusan del poder en beneficio personal. Stella Maris Romaña Diplomada en RRHH
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