lunes, 28 de febrero de 2011

FRIPUR y la Imagen Pública de los Empresarios

La imagen pública de los empresarios uruguayos en muy mala. Sólo un 7% de los padres quieren que sus hijos sean empresarios, pero el 63% quieren que sean empleados públicos.
También la gente asocia “negocios” con algo turbio y cuasi delictivo. El 70% creen que “no es posible hacerse rico en Uruguay trabajando honestamente” y sólo un 25% creen que los que tienen riqueza la obtuvieron por sus propios méritos.
El 75% restante cree que son ricos porque “nacieron ricos”, “se aprovecharon de otros” o “tuvieron suerte”.

El caso de FRIPUR no ayuda en nada a la imagen del Empresario-Emprendedor, sino que fortalece la imagen del Empresario-Aprovechador-Estafador. Y este paradigma es terriblemente limitante para el desarrollo de una sociedad. Si la gente cree que para hacer negocios, necesariamente tendrá que estafar, manipular o sacar provecho de otros, fortalecerán la creencia –también empobrecedora- de “más vale pobre, pero honrado”.

FRIPUR está manejando muy mal su imagen y la imagen de todos los empresarios. En un comunicado que sacó a página completa a la opinión pública en ningún momento dice: “Nosotros no hicimos nada de lo que nos acusan”, “Vengan a nuestra planta, hablen con todos nuestros empleados, revisen todos nuestros registros”. Nada de eso. Sólo utilizaron términos vagos y genéricos diciendo lo buenos que son, amenazando con juicios para que no sigan hablando del tema y dejando un mensaje del tipo “Too Big to Fail” (demasiado grande para quebrar).

No sé si FRIPUR es culpable o inocente. Pero sí sé que en Nueva Zelandia, Finlandia o Canadá, estas cosas no sucederían. Para empezar, ningún empresario tiene que hacerse cargo de los costos de las fiestas públicas ni de bandas presidenciales. Se gastan millones en estupideces (como por ejemplo pagarles un plus a los empleados públicos del parlamento) y por otro lado se “manguean” U$S 15.000 para pagar la fiesta de la asunción presidencial. Como si se tratara de una “vaquita” para un asado entre amigos.

Segundo, cuanto más alejados estén los empresarios de los gobernantes, mejor será para la imagen de ambos y para la imagen de la República. Comparen la diferencia. En Nueva Zelandia nombraron un Ministro de Transporte que tenía un hermano dueño de una empresa de construcción vial que contrataba con el Estado. El Ministro se auto-impuso la siguiente condición: no hablar con su hermano si no había testigos delante de ellos dos. Nada de llamadas para el cumpleaños, ni para ver cómo están los sobrinos. Ni una palabra a solas mientras fuera Ministro. Eso es construir República y condiciones transparentes para emprender. Por eso Nueva Zelandia figura en los primeros lugares del Ranking Doing Business y también en los de Transparencia Internacional, Calidad de Vida, Ingreso per cápita y tantos otros. En Nueva Zelandia, los políticos, jueces, empresarios y funcionarios no se juntan en ningún Club Armonía.

Sería bueno ver que las Cámaras Empresariales hablaran de estos temas y llamaran la atención a sus asociados cada vez que se dan estos solapes de roles. Si no lo hacen muchos creerán que “el silencio otorga” y que las Cámaras defienden a sus socios malos empresarios como los Sindicatos defienden a sus socios malos trabajadores.

Porque reivindicamos el rol moral del emprendedor en la sociedad, como creador de valor y trasmisor de valores es no podemos dejar este tema sin mencionar y sin actuar. Y hoy Lunes, es el mejor día para comenzar.

¡Gracias a dios es Lunes!

lunes, 21 de febrero de 2011

Empresario en las buenas y en las malas ...

"En los últimos años el agro uruguayo mostró un crecimiento fuera de lo normal y resultó ser un negocio de alta rentabilidad ... (que) promete incluso superar los excepcionales rendimientos que el sector exhibió en 2008. Al cierre de operaciones del viernes, la soja cotizó a US$ 516 por tonelada, el maíz cerró a US$ 286 y el trigo a US$ 312." El Observador 21/02/2011

En el año 2006 yo personalmente compraba el trigo para un molino harinero entre  U$S 80 y U$S 100 la tonelada. Hoy cuesta 4 veces más caro.

Me parece muy bien que los productores rurales se hagan millonarios. Aún cuando no hayan hecho nada para lograrlo. No deberían estar orgullosos, pero sí contentos.  Es mejor tener un vecino millonario que uno sumido en la miseria.

Me parece muy mal que cuando les va mal (por sus propias errores o por factores externos) vayan a lloriquear al Estado para que los amparen y les den beneficios de todo tipo.

El agro es un negocio riesgoso que depende mucho de factores climáticos. Pero la mayoría de los productores jamás hizo nada para disminuir la incidencia de tales contingencias: nunca invirtieron en riego artificial, nunca invirtieron en tecnología, nunca invirtieron en investigación y desarrollo. Sí invirtieron en las campañas políticas de candidatos de todos los partidos y en hacer lobby.

Los intervencionistas de siempre (la gente de izquierda y varios batllistas de la vieja guardia) les encanta meterse donde no deben: les gusta aparecer como “salvadores” en medio de una sequía y de “justicieros” para "distribuir la riqueza" proponiendo impuestos a las “ganancias elevadas”.

Los empresarios no deberían permitir que el Estado se meta en ninguna de las dos circunstancias, ni en las buenas, ni en las malas. 

Pero como sí dejan que el Estado se meta dentro de sus empresas en las malas (dándoles raciones, refinanciando sus deudas, otorgándoles préstamos “blandos”) ahora no se quejen si aparecen voces reclamando poner impuestos “a las ganancias elevadas”. Si de mantener equilibarada la balanza de la Justicia se trata, entonces deberían ponerle tales impuestos.

El problema es que muchos de nuestros empresarios NO CREEN EN EL CAPITALISMO. No creen en el libre juego de la oferta y la demanda. Y al no hacerlo, no creen en sí mismos y en sus propias capacidades de superar obstáculos. 

Y si ellos no creen en sí mismos, ¿cómo pretenden que otros creamos en ellos? Por eso sólo el 7% de la población quiere que sus hijos sean "empresarios" y la imagen pública de los empresarios tiene un lamentable saldo negativo.

Es muy importante realzar el rol del empresario en la sociedad, ya que “sin empresarios no hay empresas y sin empresas no hay oportunidades”. El problema es que comunican muy  mal su rol y sus valores.

Entonces, ¿cómo rompemos este nudo Gordiano?



Dr. Guillermo Sicardi, MBA
www.resultoria.com

miércoles, 16 de febrero de 2011

Esto sí que es Responsabilidad Social Empresarial

Voy a hablar de Google y la RSE.

En Uruguay -influidos por la cultura del "pobrismo" -  muchas empresas confunden RSE con dar limosna. Como la imagen del empresario está tan deteriorada (sólo un 7% quieren ser empresarios), la quieren limpiar ayudando "a los pobres", pintando la escuela del "rioba" o limpiando alguna cachimba para "contribuir con el medio ambiente".

Está bien que lo hagan. Pero las acciones de RSE que más me gustan son las que ayudan a trasmitir los valores empresariales al seno de la familia, del barrio y de la propia persona. La fijación de metas, la planificación, el exigir calidad, buscar oportunidades, tener persistencia, innovar y sobre todo ... vivir en libertad.

Google es un gran ejemplo de todo esto. No sólo permite a sus empleados a dedicar horas laborales a proyectos personales sino que tiene muy claro las bases y condiciones necesarias para que una empresa prospere: libertad, libertad y más  libertad. Y esto sólo lo ofrece el sistema capitalista y un régimen republicano.

Google ha dado una importante batalla en China por la libertad de acceso a Internet. No sólo es bueno para su negocio, es bueno para los 1.400 millones de chinos y para los 6.500 millones de habitantes del mundo (la mayoría viviendo bajo la pata de algún totalitarismo).

Uno de sus principales ejecutivos en Oriente, el egipcio Wael Ghonim, inició un movimiento a través de Internet, Facebook, Twitter que terminó derrocando nada menos que a Hosni Mubarak, un dictadorzuelo apoyado por los estúpidos yankees (a quienes admiro fronteras adentro de su país pero considero unos hipócritas fronteras afuera), durante 30años.

¿Qué hubiera hecho un empresario uruguayo si Wael fuera su empleado? Muy probablemente le hubieran dicho "no te metas", "podemos perder la licitación con la OSE", "mirá si nos viene una inspección de la DGI". Estos temores son propios de personas que no viven bajo un régimen liberal y republicano. Los uruguayos le tenemos miedo al Estado.

En cambio Google no. Google felicitó públicamente a su ejecutivo. 
"Estamos muy, muy orgullosos de lo que Wael Ghonim ha sido capaz de hacer en Egipto", dijo Schmidt en el Congreso Mundial de la Telefonía Móvil que se celebra en Barcelona (noreste). "Fueron capaces de utilizar toda una panoplia de tecnologías, incluidos Facebook, Twitter y otros instrumentos para expresar la voz del pueblo y eso es un buen ejemplo de transparencia. Les deseamos lo mejor. He hablado con él. Estamos muy, muy orgullosos de lo que ha hecho", añadió Schmidt.


Orgullo. Orgullo por las acciones moralmente bien encaminadas de sus empleados, dentro y fuera de la compañía. Esta es la Responsabilidad Social Empresarial que me gusta.



Dr. Guillermo Sicardi, MBA


nota completa en Busqueda http://www.facebook.com/home.php#!/note.php?note_id=181733968535030&id=142326429137893

martes, 1 de febrero de 2011

¿Cómo salir del Corralito Mutual?

Sólo durante el mes de Febrero de 2011 se abren las puertas para que unos 730.000 "clientes" de las Mutualistas (medicina privada prepaga) puedan cambiar de Institución. Pero nos largan al ruedo con los ojos vendados, sin información adecuada para poder tomar una decisión racional.


El Estado uruguayo, que se mete en tantos lugares donde no debe y que tan mal realiza las tareas esenciales que sí debe hacer a la perfección, debería publicar mediciones e indicadores de gestión de cada Institución de Salud para que los "clientes" podamos elegir con fundamento.
 .

Hoy no tenemos información clara sobre los pros y cons de cada Institución: ¿cuál atiende más rápido? ¿cuál tiene el mejor plantel de médicos pediatras? ¿es fácil calcular los costos de un tratamiento? ¿qué mecanismos de indemnización tienen en caso de cometer errores? ¿cómo es su situación patrimonial?.

Como no hay un ranking ni una evaluación en base a la Calidad del Servicio que ofrecen (por ejemplo utilizando la Escala Servqual) cada usuario tomará su decisión en base a sus propias y breves experiencias personales.


Lo mismo sucede con la Educación: ¿Cómo sabe usted que el British es mejor que el Elbio Fernández? ¿O que el Liceo 15 es mejor que el IAVA?

Preocupa que uno de los criterios más tenidos en cuenta para elegir la Mutualista sea la "cercanía". Lo mismo sucededía a la hora de elegir un Banco. Luego nos quejamos si se nos muere un pariente por mala praxis o si el Banco se nos queda con nuestros ahorros.

Debemos exigir información confiable y entendible. Nos las deberían suministrar las propias Instituciones aún cuando el Estado no se las exija; deberían reclamarla las Cámaras Empresariales a sus miembros para motivar a mejorar el Management de sus miembros; las deberían publicar los organismos de Defensa delConsumidor; las Universidades podrían estimular a sus docentes a investigar sobre el tema y a sus alumnos a preparar monografías. En fin, el tema debería estar servido en todas las mesas, no sólo en la del Estado o en la de los políticos.

La actividad privada debe defender el valor de la información clara y transparente como una de las mejores armas para el crecimiento sano de una economía. Al no disponer de esta información, es más fácil que seamos "guiados" por un "mesías", que los malos empresarios aprovechen a prestar servicios de baja calidad mientras tienen de "rehenes" a sus clientes. Esto sólo contribuye a seguir dañando la imagen del empresario y sin empresarios no hay inversión y sin inversión no hay progreso.


Reclamémosle al Estado que cumpla su función de informar. Y también -y hasta con más vigor- reclamemos a los empresarios privados a que brinden esta información. Los buenos no tendrán problema en hacerlo. Y son los buenos los que elevarán a los malos a mejorar. De no hacerlo, lo malos arrastrarán a los buenos. Y ya sabemos lo que sucede cuando premiamos a las personas por sus vicios y las castigamos por sus virtudes.

Guillermo Sicardi, MBA


ver noticia completa en El Observador del día 01/feb/2011